Un día, Jesús se subió a la barca de Pedro y le dijo que echase las redes al mar para pescar. Pedro le contestó: «Hemos estado toda la noche pescando, sin coger un solo pez... pero si Tú lo dices, echaré la red». Pedro obedece a Jesús, y al subir la red, estaba tan llena de peces que casi se rompía.