Entonces el
Señor le dio una idea. ¿Tienes algo de valor? le preguntó Eliseo a la mujer.
Si, tengo un poco de aceite en una vasija, le contestó ella. Bien, dijo Eliseo,
usaremos esto.
Eliseo le
pidió que buscara tantas vasijas como pudiera encontrar. Ahora enciérrate en tu
casa y comienza a verter el aceite de tu vasija en cada una de las que has
traído, y no pares hasta que estén todos llenos.
Pero ¿de
dónde sale todo este aceite? La mujer no podía creer que de su pequeña vasija
pudiera salir toda esa cantidad de aceite.
Ahora, le
dijo Eliseo, vende el aceite y paga tu deuda.
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