Uno de esos Jueces se llamó Sansón. Era tan fuerte que venció a un león sólo con las manos. Peleó contra los filisteos, un pueblo que no quería a los israelitas, ganándoles muchas veces.
La fuerza que Dios le había dado a Sansón, estaba en su pelo, que era muy largo.
No olvidemos que el diablo anda como león rugiente dispuesto a destruirnos, por eso debemos luchar contra la tentación.
La fuerza que Dios le había dado a Sansón, estaba en su pelo, que era muy largo.
No olvidemos que el diablo anda como león rugiente dispuesto a destruirnos, por eso debemos luchar contra la tentación.
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