Juan Yepes nació de una familia muy pobre en 1542, cerca de Ávila, España.
Por su amor al estudio entró en el Colegio de la Doctrina, donde conoció a una persona que le costeó sus estudios para ser sacerdote.
Eligió la Orden del Carmen; tomó su hábito en 1563 y desde entonces se llamó Juan de Santo Matía; estudió Artes y Teología en la universidad de Salamanca como alumno del colegio que su Orden tenía en la ciudad.
En 1567 lo ordenaron sacerdote, fue entonces cuando conoció a Teresa de Ávila, la monja carmelita que había comenzado con la reforma del Carmelo femenino. Juan se unió al espíritu de reforma de Teresa y emprendió el trabajo de reformar la rama masculina del Carmelo.
Así inició su vida de carmelita descalzo en Duruelo y cambió de nombre, adoptando el de Juan de la Cruz. La expansión de la nueva Orden fue inevitable.
Teresa, nombrada priora del Monasterio de la Encarnación de Ávila, lo nombró confesor y director espiritual del convento, cargo que Juan aceptó y asumió de 1572 a 1577.
Los monjes carmelitas que no habían aceptado la reforma lo llevaron preso a Toledo donde vivió nueve meses de durísima prisión. Ese tiempo de soledad, fue un tiempo de mucho provecho espiritual, su “noche oscura”, que le ganó el nombre de gran místico, maestro espiritual y doctor de la Iglesia.
Logró escapar de su prisión y continuó su vida de gran actividad reformadora, tarea en la que encontró muchas cruces y dificultades. Finalmente en 1580, los carmelitas descalzos obtuvieron el reconocimiento pontificio.
Murió a la medianoche, entre el 13 y el 14 de diciembre de 1591.
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